22 febrero

Estos días azules, 

este sol de la infancia…

Nunca podremos conocer cómo continúa ese poema, que se encontró en su bolsillo escrito en un trozo de papel, porque Antonio Machado, su autor, murió ligero de equipaje sin poder acabarlo tal día como hoy del año 1939 en Colliure, a donde llegó como exiliado huyendo del horror que representaba la victoria, en ciernes, del golpista general Franco.

Para recordarlo y rendir homenaje a este gran poeta os hacemos llegar, a modo de testigo, el poema Yo voy soñando caminos… desde el convencimiento de que hay que seguir luchando en favor de una sociedad laica, más justa, que – con la ayuda de la educación y la cultura – sea capaz de superar aquella España de charanga y pandereta impulsando una convivencia humana basada en la razón y el diálogo amable. Ël lo intentó hasta su muerte a través de su compromiso político republicano en el terreno de la poesía y la cultura popular.

Hoy es siempre todavía…

Estamos a tiempo de seguir soñando caminos 

y hacerlo desde el corazón como él lo hiciera. 

Nuestro agradecimiento, además, a Leticia Ruifernández, por cedernos la ilustración que acompaña al poema y que forma parte del libro “Yo voy soñando caminos” de la Editorial Nórdica.  

Que la poesía de Machado os ayude a conservar intacta la espina de la pasión.

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15 febrero

El poeta bonaerense Hugo Mujica nos habla hoy lunes, en estos versos pertenecientes a Cuando todo calla, XIII Premio Casa de América de Poesía Americana, de uno de los momentos más esperanzadores del día: el amanecer.
Los poemas de Mujica están llenos de imágenes vivas y sugerentes que nos hacen transitar por una naturaleza repleta de momentos esclarecedores. Este amanecer nos traslada, a su vez, al origen de todo: ese paraíso que es sinónimo de infancia, la parte de nuestra vida en la que mirarnos para no perder la capacidad de asombro.

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8 febrero

Aquest  dilluns vos brindem l’oportunitat de gojar d’un deliciós poema de la poeta gandienca Maria Josep Escrivà, Latitud zero, extret del seu últim llibre Sempre és tard, amb el qual va obtenir el Premi de Poesia Miquel de Palol 2020. Aquesta autora, que ja ens havia regalat anys enrere magnífics poemaris com Flors a casa o Serena barca, ha culminat en aquest últim una maduresa poètica notabilíssima, confiant-nos la vida interior d’una dona arrelada irremissiblement a la seua terra i a la seua història, a  través d’uns versos senzills, d’imatges nítides però sorprenents pels seus descobriments i la seua plasticitat. Així, en el poema Latitud zero que hui compartim amb vosaltres, la juxtaposició de la paraula desencadena un torrent enigmàtic identitari que fineix amb una sentència definitiva sobre el que som i el que ens mou a ser i sentir el que som.  Endinseu-vos ja en la terra humida i fèrtil de la poesia de Maria Josep Escrivà, i doneu-li amb ella un nou sentit a la vostra vida.  

Salut i be(r)7s!

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