Estos días azules,
este sol de la infancia…
Nunca podremos conocer cómo continúa ese poema, que se encontró en su bolsillo escrito en un trozo de papel, porque Antonio Machado, su autor, murió ligero de equipaje sin poder acabarlo tal día como hoy del año 1939 en Colliure, a donde llegó como exiliado huyendo del horror que representaba la victoria, en ciernes, del golpista general Franco.
Para recordarlo y rendir homenaje a este gran poeta os hacemos llegar, a modo de testigo, el poema Yo voy soñando caminos… desde el convencimiento de que hay que seguir luchando en favor de una sociedad laica, más justa, que – con la ayuda de la educación y la cultura – sea capaz de superar aquella España de charanga y pandereta impulsando una convivencia humana basada en la razón y el diálogo amable. Ël lo intentó hasta su muerte a través de su compromiso político republicano en el terreno de la poesía y la cultura popular.
Hoy es siempre todavía…
Estamos a tiempo de seguir soñando caminos
y hacerlo desde el corazón como él lo hiciera.
Nuestro agradecimiento, además, a Leticia Ruifernández, por cedernos la ilustración que acompaña al poema y que forma parte del libro “Yo voy soñando caminos” de la Editorial Nórdica.
Que la poesía de Machado os ayude a conservar intacta la espina de la pasión.
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